Arte Ebrú, la magia de pintar sobre el agua
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Una de las formas más originales
y bellas del arte turco es el Ebrú, o marmoleado sobre agua. El Ebrú se logra
mediante diseños dibujados con tintes sobre la superficie del agua, para
después colocar cuidadosamente un papel sobre esa superficie y que éste absorba
el tinte.
Los primeros ejemplares de Ebrú
fueron encontrados en el Palacio de Topkapi en Estambul y datan de 1539. No
obstante, el detalle y precisión de estos trabajos sugieren que el Ebrú se
encontraba presente en el Imperio Otomano desde tiempos muy anteriores. El Ebrú
apenas ha sido firmado, por lo tanto, numerosos artistas de esta expresión
permanecen en el anonimato. Los alumnos de Ebrú en la actualidad pueden
estudiar más de diez años antes de ser considerados maestros marmoleros,
aprendiendo a elaborar el tinte perfecto, el modo en que debe ser preparado el
baño de agua ideal y los diversos diseños. Cada baño de tinte sólo puede ser
transferido a papel una única vez, por lo que cada pieza de Ebrú es única.
El primer paso en el Ebrú
es conseguir el tinte perfecto. Los tintes se crean a partir de diversas
sustancias orgánicas: tierra de Estambul, plomo blanco, índigo de Pakistán y
ocre rojo son mezclados para lograr el color perfecto. En ocasiones se puede
añadir oro de 24 quilates al tinte para alcanzar reflejos y brillos especiales.
Además, el tinte se mezcla con
bezoar de buey y agua, lo que supone una forma de arte en si mismo, ya que
dependiendo del año de recolección, de la edad y de la fineza del bezoar, cada
tinte se conviertirá también en único. Los artistas del Ebrú, comúnmente pasan
años aprendiendo a mezclar el tinte antes de intentar, siquiera, comenzar con
el marmoleado. El siguiente paso es obtener el perfecto baño de agua donde
depositar el tinte. Para ello se utiliza kitre blanco, un tipo de sustancia
parecida a la goma que se mezcla con el agua para mantener el diseño en su
lugar y para permitir que el dibujo se adhiera al papel. En los herbolarios es
posible encontrar kitre fresco durante el otoño, y cada marmolero compra suficiente
para poder abastecerse durante todo el año.
La densidad del kitre, junto al
tipo de agua que se utilice, requiere que el artista haga varios intentos con
el fin de obtener la textura ideal. Si la mezcla no resulta lo suficientemente
pegajosa, el diseño se expandirá antes de que pueda ser terminado y no se
adherirá correctamente al papel. Por el contrario, si resulta demasiado
pegajosa, será muy difícil despegar el papel y el diseño también se estropeará.
Una vez que se logra el balance perfecto de agua y kitre, la mezcla se deja
reposar durante cuatro días removiendo de vez en cuando y cuando se ha
asentado, se filtra con una bolsa de lona para ser utilizada.
Es en este momento cuando comienza el trabajo creativo. Con sólo una idea acerca del producto final, el artista deja caer gotas de tinte en la superficie del agua con las agujas, los extiende con los peines de fabricación casera y utiliza los pinceles para dibujar los diseños. Flores, pájaros, figuras geométricas y caligrafía son las elecciones más comunes entre los artistas del Ebrú.
El Ebrú a menudo se utiliza para marcadores y cubiertas de libros, papel tapiz y para enmarcar la caligrafía árabe y turca.
Tomado de: casaturca.org
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